La vida cristiana necesita no sólo del discernimiento doctrinal y moral, sino también del discernimiento de los espíritus: «El que cumple sus mandamientos permanece en Dios, y Dios permanece en él. Y sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado. Amados, no creáis a todo espíritu, sino examinad los espíritus para ver si vienen de Dios» (1 Jn 3,24 – 4,1).
El discernimiento de espíritus ayuda a no dejarse engañar por el demonio y a caminar iluminado por la fe y no por el propio espíritu. Por eso lo primero es reconocer que en mí hay influencia de los espíritus, del buen espíritu y del malo [San Ignacio, Ej 32], además de mi propio espíritu en diálogo con Dios. Y entonces no dejarse llevar sólo por mis deseos de hablar, decir, juzgar, reír, etc., sino buscar la mayor gloria de Dios. No es pérdida de espontaneidad, sino espontaneidad ante la presencia del Espíritu del Señor: desde ahí podemos percibir tanto los «silbidos del infierno» (Sta. Clara de Asís) como la alegría de Dios en sus obras.
Las respuestas del discernimiento vienen de reconocer el «Aliento de Dios», el Espíritu Santo, aun en medio de la oscuridad de no comprender lo que hemos de vivir.
Apariciones en medios de comunicación: artículo en Aleteia, artículo en Religión en Libertad.
Otros seminarios relacionados:
Otros seminarios pueden encontrarse aquí. Para profundizar en estos temas, también es posible descargar las conferencias gratuitas de los Encuentros FCSM o visitar nuestro Canal de Youtube.
© 2012-2023 Fundación Maior. Todos los derechos reservados
El sitio web www.maior.es utiliza cookies propias y de terceros para recopilar información que ayuda a optimizar su experiencia de usuario. No se utilizan las cookies para recoger información de carácter personal. Encontrará más información en nuestra Política de cookies, pinche el enlace para más información.
ACEPTAR